Analisis:
Red Dead Redemption es uno de los títulos del año, de eso no cabe duda. Probablemente se trate del intento más ambicioso -y exitoso- de trasladar toda la imaginería de las películas de vaqueros al mundo del videojuego. Es como si volviésemos a tener 7 años y nuestra madre nos regalase un millón de muñecos con formas distintas de cowboys, caballos, banqueros, bailarinas de cabaret, soldados de la guerra civil norteamericana, indios, mejicanos... Y saliésemos entusiasmados al parque para jugar con ellos. La única diferencia es que Red Dead Redemption no es un juego para niños de 7 años; es un juego para niños de 7 años metidos en el cuerpo de treintañeros que pasaron de hacer chocar con figuras de plástico a ver películas de Clint Eastwood en alta definición.
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